¿Sientes que tu volante tiembla cuando conduces? No te preocupes, es un problema bastante común pero no trivial que generalmente se origina por un defecto o desgaste en la dirección o el tren de rodaje. Pero ¿cómo saber lo que hay que cambiar? ¡Sigue este artículo para saber de inmediato qué le pasa a tu coche!
Falta de paralelismo
En caso de falta de paralelismo, es necesario verificar y corregir las alineaciones del eje delantero. Si el defecto persiste, esto resulta en un desgaste rápido y anormal de los neumáticos, pero también en un mal funcionamiento de los elementos de dirección. Por otro lado, la falta de paralelismo conduce a un manejo aleatorio.
La forma más fácil de detectar un defecto en el paralelismo es verificar el desgaste de tus neumáticos, si se usan solo en el borde exterior o interior, por ejemplo, significa que hay una falta de paralelismo y que sus neumáticos no son paralelos entre sí o que no son perpendiculares a la carretera.
Para corregir el paralelismo, simplemente retira la rueda y luego desenrosca la tuerca de la cabeza de la bola ubicada en el amortiguador. Luego es necesario ajustar la rótula girándola hacia adentro o hacia afuera del brazo, dependiendo de la corrección a realizar. Luego, simplemente vuelve a montar la llanta y verifica el paralelismo nuevamente, asegurándote de que el volante esté bien posicionado.
La carrocería de los deportivos
Ojo, algunos deportivos tienen lo que se llama una carrocería contraria, o carrocería negativa y esto nada más salir de fábrica, no es un defecto en este caso sino una forma de mejorar tu agarre en el circuito.
Equilibrio deficiente de las ruedas
Los factores que pueden causar vibraciones en un automóvil son diversos y variados, pero a menudo el problema es simplemente un mal equilibrio de una rueda. En este caso, para identificar el origen de las vibraciones, solo hay que conducir a una velocidad suficiente para sentir las vibraciones: si provienen del volante, hay que equilibrar las ruedas delanteras. Si se sienten en el asiento, son las ruedas traseras.
Para que una rueda esté equilibrada, la masa debe estar perfectamente distribuida alrededor del eje de rotación, el centro de gravedad de la rueda debe estar en el centro del eje de rotación, para conducir seguro.
Conducir con una o más llantas desequilibradas no solo perjudica la comodidad. Algunas piezas mecánicas se desgastan debido a este defecto, incluidas las partes que componen la suspensión y la dirección, o los rodamientos de las ruedas, que están sujetos a temblores intensos y constantes. Además, la goma del neumático también puede sufrir un mal equilibrio.
Desafortunadamente, reequilibrar un neumático no es algo que puedas hacer solo en casa, es obligatorio tener un equilibrador muy preciso. Por lo tanto, esta corrección solo se puede hacer en el garaje.
Neumáticos desinflados
Si uno o más de tus neumáticos se desinflan o perforan cuando conduces, es muy probable que esa sea la razón por la que tu volante está temblando.
De hecho, un neumático desinflado provoca vibraciones en todo el tren de rodaje y que pueden llegar a la dirección del coche y por tanto, al volante. Para resolver el problema, nada podría ser más simple, solo cambia los neumáticos defectuosos.
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