El peso mexicano ha alcanzado su nivel más alto en más de cinco años, ya que sus tipos de interés relativamente altos, su estricta política fiscal y las oportunidades de inversión que ofrece su proximidad a EE.UU. lo han convertido en una de las divisas favoritas de los inversores.
Según Bloomberg, el peso es la divisa de mayor rendimiento este año, y se ha recuperado con creces de su debilidad por la pandemia del coronavirus. Ha subido un 8,5% este año y cotiza por encima de 18 por dólar.
En comparación, el rand sudafricano se ha debilitado un 7,1% y el real brasileño ha ganado un 2,4% en el mismo periodo.
Según los analistas, es probable que las tendencias que han impulsado a la moneda mexicana tengan cierto poder de permanencia.
“A medio plazo, vemos un peso fuerte”, afirma Gabriel Casillas, responsable de Economía Latinoamericana de Barclays. “Dentro de Latinoamérica, México tiene muy buen aspecto en casi todos los sentidos”.
La moneda mexicana se está beneficiando de una confluencia de factores nacionales e internacionales.
El país, que comparte una frontera de 3.000 kilómetros con Estados Unidos, está llamado a ser uno de los principales beneficiarios de las empresas que centran sus cadenas de suministro más cerca de los mercados críticos y lejos de China, en un fenómeno conocido como “nearshoring“.
México forma parte del acuerdo de libre comercio USMCA con EE.UU. y Canadá y fue incluido en las recientes subvenciones verdes de la Ley de Reducción de la Inflación de Washington. Esto le ha ayudado a investing mexico en su sector automovilístico, tradicionalmente fuerte y con salarios más bajos que su vecino del norte.
BMW declaró el mes pasado que destinaría 800 millones de euros a ampliar la producción de vehículos eléctricos en México, mientras que Tesla anunció la semana pasada que construiría una fábrica en el norte del país que, según las autoridades, comenzaría con una inversión de 5.000 millones de dólares, una de las mayores del país en los últimos años. Las noticias ayudaron a impulsar aún más el peso frente al dólar.
La inversión extranjera directa en México alcanzó los 35.300 millones de dólares el año pasado, el nivel más alto desde 2015, según datos de la Secretaría de Economía. La industria del transporte representó el 12% de esa cifra.
Otra fuente de ingresos extranjeros han sido las resistentes remesas de los emigrantes mexicanos en Estados Unidos.
Las transferencias desde el extranjero representan ahora el 4% del producto interior bruto del país. Incluso después de alcanzar niveles récord el año pasado, en enero las remesas fueron un 12,5% superiores a las del mismo mes del año anterior, según datos del Banco de México.
El Banco Central de México, que desde el año pasado cuenta con una nueva gobernadora, Victoria Rodríguez Ceja, también se ha mostrado más agresivo de lo que muchos esperaban. El consejo del banco, compuesto por cinco miembros, empezó a subir los tipos de interés en junio de 2021, nueve meses antes que la Reserva Federal de EE.UU., y ha aumentado su tipo de referencia en 14 reuniones consecutivas, desde el 4% hasta el 11%.
El diferencial sobre el tipo objetivo de los fondos federales de la Fed ha crecido del 3,75% al 6,25%, lo que añade atractivo al peso.
Leer también: Evolución de los mercados financieros 2023