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Conoce todo sobre la inversión sostenible

Una estrategia de inversión sostenible es cualquier método de inversión que tenga en cuenta el impacto de una inversión además de su rentabilidad financiera. Las estrategias de inversión sostenible pueden variar mucho: Para una persona, puede significar invertir una cantidad fija de dinero con una cadencia determinada (por ejemplo, mensualmente) en un fondo ESG. Para otro, podría significar investigar cada empresa en la que planea invertir para asegurarse de que las misiones de esas empresas se alinean con los valores del inversor.

Aunque el éxito de ninguna inversión está garantizado, el rendimiento de los fondos sostenibles ha sido a menudo similar al de los fondos tradicionales, y algunas investigaciones han demostrado que los fondos sostenibles pueden obtener mejores resultados.

 

Contar con una estrategia de inversión sostenible

 

 

Diferencias entre inversión sostenible, inversión ESG e inversión de impacto

La inversión sostenible recibe muchos nombres, como inversión ética, inversión socialmente responsable, inversión verde, inversión de impacto e inversión ESG. La mayoría son términos generales que significan lo mismo: una estrategia de inversión que tiene en cuenta el impacto positivo además de la rentabilidad financiera.

La forma en que cada estrategia alcanza ese objetivo puede variar. Algunas carteras “sostenibles” sólo incluyen inversiones de impacto positivo, mientras que otras simplemente excluyen las inversiones de impacto negativo. Otras utilizan tanto métodos de inclusión como de exclusión. Las distintas denominaciones (socialmente responsable, sostenible, impacto) se utilizan a menudo indistintamente, sin mucho consenso sobre cuáles son exclusivas, cuáles inclusivas y cuáles ambas. Por eso es importante entender la metodología de un fondo o de un asesor a la hora de elegir determinadas inversiones: Algunos se limitan a excluir las inversiones en empresas tabaqueras y de armas de fuego y denominan a esa cartera “sostenible” o “socialmente responsable”, sin incluir realmente ningún activo “sostenible”.

La única excepción es la inversión ESG. ESG es un sistema para medir la sostenibilidad de una inversión en tres categorías específicas: medioambiental, social y de gobernanza. A menudo, las “inversiones socialmente responsables” se juzgan utilizando un sistema de calificación basado en ESG. Por ejemplo, si está creando una cartera de impacto centrada en la justicia social, puede buscar inversiones que reciban una puntuación alta en la categoría “S”.

 

 

Las mejores inversiones sostenibles

Teniendo en cuenta que las ruedas de la legislación y la burocracia giran lentamente, puede que pase un tiempo antes de que las inversiones sostenibles estén disponibles de forma rutinaria dentro de los planes de jubilación en el lugar de trabajo. Si está deseando introducirse en la inversión sostenible, aquí tiene algunas formas de hacerlo ahora.

 

1. Fondos ESG

Los fondos ESG son fondos de inversión que se califican según los principios ESG. Los fondos ESG invierten en empresas con prácticas empresariales que les permiten tener un impacto sostenible y social en el mundo. Algunos fondos ESG tienen un enfoque amplio, mientras que otros son bastante específicos. Por ejemplo, el SPDR S&P 500 Fossil Fuel Reserves Free ETF permite a los inversores invertir en empresas que no poseen reservas de combustibles fósiles.

 

Y según Marguerita Cheng, planificadora financiera certificada, consejera colegiada de ISR (inversiones sostenibles, responsables y de impacto) y consejera delegada de Blue Ocean Global Wealth en Gaithersburg, Maryland, los inversores sostenibles pueden realmente adaptar sus carteras a sus valores.

Los ETF pueden negociarse en bolsa como una acción, pero ofrecen la diversificación de un fondo de inversión.

 

2. Acciones sostenibles

Las acciones individuales suelen ser más arriesgadas que los fondos, ya que no cuentan con la diversificación de poseer múltiples empresas, pero le permiten tener un control total sobre las empresas en las que invierte. Por ejemplo, puede encontrar acciones de energías renovables si le apasiona la energía verde, o invertir en empresas con un conjunto diverso de miembros en sus consejos de administración.

Cuando se plantee añadir una acción a su cartera, no se fije sólo en su rendimiento. Piense en lo que hace o fabrica la empresa y en cómo podría afectar al medio ambiente y a las comunidades locales. Busca su puntuación ESG y consulta las opiniones de sus empleados en un sitio de terceros como Glassdoor.

 

3. Robo-asesores que ofrecen inversiones sostenibles

Si elegir sus propias inversiones no es su idea de un buen momento, no se preocupe: no tiene por qué hacerlo. Los roboasesores utilizan algoritmos informáticos para crear y gestionar una cartera de inversiones basada en su calendario, tolerancia al riesgo y otros factores personales. Los roboasesores suelen cobrar unos honorarios que suponen una fracción del coste de trabajar con un asesor financiero tradicional. Y cada vez son más los roboasesores que ofrecen carteras de inversión sostenibles automatizadas sin coste adicional.

Estas carteras reciben muchos nombres, como carteras de impacto o carteras socialmente responsables. Pero se llamen como se llamen, casi todas están hechas con fondos ESG y fondos cotizados.

 


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